PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3602 ~ Viernes 23 de Febrero de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Toda
la Cuaresma, con su constante invitación a la conversión, es un hermoso
recordatorio de cómo Dios nuestro Señor nos quiere, a todos y cada uno de
nosotros, plenamente santos, absolutamente santos. “Purifíquense de todas sus
iniquidades, renueven su corazón y su espíritu”, dice el Señor.
Entrar
constantemente dentro de nosotros mismos y vigilar nuestra alma es el camino
necesario, ineludible para poder llegar a vivir esta penitencia de los
sentimientos. Es el camino del cual no podemos prescindir para tener bien
dominada toda esa corriente que son los sentimientos, de manera que no perdamos
nada de la riqueza que ella nos pueda aportar, pero tampoco nos dejemos
arrastrar por la corriente, que a veces puede llevarnos lejos de Dios nuestro
Señor.
El
camino de conversión es difícil, exige una gran apertura del corazón, exige
estar dispuestos, en todo momento, a cuestionarnos y a enriquecernos. Hagamos
de la Cuaresma un camino de enriquecimiento, un camino de encuentro más
profundo con Cristo, un camino en el que al final, la Cruz de Cristo haya
tocado todos los resortes de nuestra personalidad.
P. Cipriano Sánchez
¡Buenos días!
Si queremos…
Cuando
tu vida se encrespa con alguna tormenta, no pierdas el ánimo, porque hay dentro
de ti fuerzas insospechadas. Entre todas sobresale una que debes valorar,
cuidar, entrenar y servirte de ella: la voluntad. El éxito comienza siempre con
una voluntad decidida a permanecer firme en la lucha, ése es el gran regalo de
Dios. Utilízalo con humildad.
Muchas veces nos conformamos en vez de arriesgarnos,
sin pensar que cada día que pasa nunca volverá. Debemos recordar que: Nada está
escrito. Nada está hecho. Nada es imposible. Todo depende de nuestra voluntad,
don precioso de Dios. Es una fuerza que nos sale de adentro. Basta decir:
"¡Sí, puedo!" a cada desafío. Cuando estamos decididos, cuando de verdad
queremos algo, no hay obstáculo capaz de interponerse. Si queremos... podemos
llegar más lejos. Si queremos... podemos llegar más alto. Si queremos...
podemos hacer lo que sea. Sólo hay que proponérselo, y trabajar para lograrlo.
¡Yo sé que tú puedes!
Ejercitar
la paciencia es un buen modo de fortalecer la voluntad: paciencia para escuchar
a los inoportunos, para controlar los impulsos, para no contestar mal… Lo que
hay que hacer, se hace, ¡ahora! Sin aplazarlo. Si algo supone esfuerzo, esa es
una buena razón para hacerlo. Ahí radica la clave de la superación personal.
Como ejercitas tus músculos, ejercita tu voluntad.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Os digo que, si vuestra justicia no
es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los
cielos. Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que
mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice
contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano
"imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame
"renegado", será reo de la gehenna de fuego.
»Si,
pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un
hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y
vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu
ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el
camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te
metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado
el último céntimo». (Mt 5,20-26)
Comentario:
Hoy,
el Señor, al hablarnos de lo que ocurre en nuestros corazones, nos incita a
convertirnos. El mandamiento dice «No matarás» (Mt 5,21), pero Jesús nos
recuerda que existen otras formas de privar de la vida a los demás. Podemos
privar de la vida a los demás abrigando en nuestro corazón una ira excesiva
hacia ellos, o al no tratarlos con respeto e insultarlos («imbécil»; «renegado»:
cf. Mt 5,22).
El
Señor nos llama a ser personas íntegras: «Deja tu ofrenda allí, delante del
altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano» (Mt 5,24), es decir, la
fe que profesamos cuando celebramos la Liturgia debería influir en nuestra vida
cotidiana y afectar a nuestra conducta. Por ello, Jesús nos pide que nos
reconciliemos con nuestros enemigos. Un primer paso en el camino hacia la
reconciliación es rogar por nuestros enemigos, como Jesús solicita. Si se nos
hace difícil, entonces, sería bueno recordar y revivir en nuestra imaginación a
Jesucristo muriendo por aquellos que nos disgustan. Si hemos sido seriamente
dañados por otros, roguemos para que cicatrice el doloroso recuerdo y para
conseguir la gracia de poder perdonar. Y, a la vez que rogamos, pidamos al
Señor que retroceda con nosotros en el tiempo y lugar de la herida
—reemplazándola con su amor— para que así seamos libres para poder perdonar.
En
palabras de Benedicto XVI, «si queremos presentarnos ante Él, también debemos
ponernos en camino para ir al encuentro unos de otros. Por eso, es necesario
aprender la gran lección del perdón: no dejar que se insinúe en el corazón la
polilla del resentimiento, sino abrir el corazón a la magnanimidad de la
escucha del otro, abrir el corazón a la comprensión, a la posible aceptación de
sus disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias».
Fr. Thomas LANE (Emmitsburg, Maryland, Estados
Unidos)
Santoral Católico:
San Policarpo
Obispo y Mártir
Nació
en Esmirna (Turquía) el año 69. Discípulo del apóstol san Juan y último testigo
de la época apostólica, fue nombrado por los mismos Apóstoles obispo de
Esmirna, dio hospedaje a su amigo Ignacio de Antioquía, quien luego le escribió
una carta hoy famosa, tuvo como discípulo a san Ireneo. Escribió una carta a la
Iglesia de Filipos, que había sido fundada por el apóstol Pablo. Hizo un viaje
a Roma el año 154 para tratar con el papa Aniceto la cuestión de la fiesta de
la Pascua. Selló con su sangre el testimonio de su fe en Cristo, condenado a
morir en la hoguera en el anfiteatro de Esmirna el año 155, bajo los
emperadores Marco Antonino y Lucio Aurelio. Al procónsul romano que lo invitaba
a maldecir de Cristo, respondió Policarpo: «86 años hace que le sirvo y ningún
daño he recibido de Él, ¿cómo puedo maldecir a mi rey, el que me ha salvado?...
Yo soy cristiano».
Oración: Dios de todas las criaturas, que te has
dignado agregar a san Policarpo, tu obispo, al número de los mártires,
concédenos, por su intercesión, participar con él en la pasión de Cristo, y
resucitar a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
"Si un día tienes que elegir entre el mundo y el
amor, recuerda:
Si eliges el mundo te quedarás sin amor,
pero si eliges el amor, con él conquistarás al
mundo"
(Albert Einstein)
Tema del día:
Nuevos ayunos para nuevos tiempo
Aunque
de pequeño viví muy intensamente las diferentes cuaresmas que me tocaron en la
infancia, estoy en un momento de la vida donde necesito actualizar ciertas
prácticas. Sin ánimo de entrar en controversias, y respetando al máximo las
enseñanzas de la Iglesia, a veces me pregunto cómo actualizar la práctica del
ayuno en unos tiempos donde, al menos yo, estoy más saturado de experiencias,
tendencias y dejadeces personales más que de carne o alimentos.
En
oración, pienso que el corazón se prepara de muchas maneras para estar a punto
para acompañar al Señor. Muchas de esas maneras se escriben en positivo y otras
en negativa.
-
Ser mucho más exigente con mi cuidado personal.
-
Cocinar más alimentos de forma natural, sobre todo para poder desayunar.
-
Ser exigente con el cuidado de mi cuerpo e ir al gimnasio cuando lo tengo
previsto, no poniéndome excusas.
-
Acostarme como máximo a las 00:30 de la noche, para dormir al menos siete
horas.
-
Unirme a la Iglesia en el rezo de Laudes y Completas, cada día.
-
Estar en silencio 15 minutos al día.
Y
en negativo también encontré unas cuantas:
-
Dejar de utilizar el teléfono móvil a partir de las 22:00 de la noche.
-
No tomar gaseosas ni alcohol durante la Cuaresma.
-
No trabajar a partir de las 19:30 de la tarde.
Podría
seguir pensando pero creo que tengo suficiente para estos días de Cuaresma. Un
ayuno que se nutre del silencio, de la oración y del cuidado personal, con
alguna privación para educar bien mi espíritu y disponerlo adecuadamente para
la batalla del amor y para las vicisitudes del desierto: tentación, soledad…
Cuanto
más sea capaz de quererme, de valorarme como auténtica criatura divina; cuanto
más sea capaz de respetarme, de escucharme, de acompañarme; de darle sentido a
mi vida dejando atrás la sensación de que soy llevado por otras fuerzas…
La
Cuaresma es un tiempo para coger el timón y practicar eso de gobernarse a uno
mismo. Más que de disciplina, este es un asunto de restauración. Como dice el
salmista, “Señor, restáurame”. Quiero lucir refulgente. Al menos yo.
Un
abrazo fraterno.
Santi Casanova - Aleteia
Vía Crucis
Hoy
viernes, invito a los lectores a rezar el Vía Crucis como oración eficaz de
preparación en esta Cuaresma.
El
Vía Crucis es la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús
desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior
resurrección. Literalmente, “vía crucis” significa "camino de la
cruz". Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús
sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte. Dicho camino se
representa mediante 15 imágenes de la Pasión que se llaman
"estaciones". Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si
recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta el Calvario.
Puedes
conocer más detalles y rezarlo si entras en la página del Web Católico de
Javier haciendo clic acá
Cada día de Cuaresma
La Cuaresma es un tiempo de penitencia
I.
La eficacia de la auténtica penitencia, que es la conversión del corazón a
Dios, puede perderse si se cae en la tentación, frecuente antes y ahora, de
soslayar que el pecado es personal. Dios quiere que el pecador se convierta y
viva (Ezequiel 18, 23), pero éste ha de cooperar con su arrepentimiento y su
penitencia. “El pecado, en sentido verdadero y propio, es siempre un acto de la
persona, porque es un acto libre de la persona individual, y no precisamente de
un grupo o una comunidad” (Juan Pablo II, Exhortación Apostólica). Los pecados
dejan una huella en el alma. Además existen pecados y faltas no advertidas por
falta de espíritu de examen o por falta de delicadeza de conciencia... Son como
malas raíces que han quedado en el alma y que es necesario arrancar mediante la
penitencia para impedir que generen frutos amargos. Concretaremos la penitencia
en cosas pequeñas, y también con el consejo del director espiritual, otras
mortificaciones de más relieve, que nos ayuden a purificar el alma y a
desagraviar por los pecados propios y ajenos.
II.
El pecado deja una huella en el alma que es preciso borrar con dolor, con mucho
amor. Por otra parte, aunque el pecado es siempre una ofensa personal a Dios,
no deja de tener sus efectos en los demás. Para bien o para mal estamos
constantemente influyendo en quienes nos rodean, en la Iglesia y en el mundo.
“No existe pecado alguno, aun el más íntimo y secreto, el más estrictamente
individual, que afecte exclusivamente a aquel que lo comete. Todo pecado
repercute, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor daño, en todo el
conjunto eclesial y en toda la familia humana” (Juan Pablo II). Nos pide el
Señor que seamos motivo de alegría y luz para toda la Iglesia, y sabernos
ayuda, también en penitencia, para todo el Cuerpo Místico de Cristo. Penitencia
discreta, alegre, inadvertida en medio del mundo, pero traducida en hechos
concretos.
III.
La vida del cristiano puede estar llena de esta penitencia que Dios ve:
ofrecimiento de la enfermedad o del cansancio, rendimiento del propio juicio,
trabajo acabado y bien hecho por amor de Dios. Una penitencia especialmente
grata al Señor es aquella que recoge muchas muestras de caridad y tiende a
facilitar a otros el camino hacia Dios, haciéndoselo más amable. Nuestra Madre
Santa María nos enseñará a encontrar muchas ocasiones para ser generosos en la entrega
a quienes están a nuestro lado en el quehacer de todos los días.
© Francisco Fernández Carvajal
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Adriana María M., 48
años, de Argentina,, con algunos problemas de salud y difícil situación
económica familiar. Que el Señor la fortalezca en su salud y le ayude en el
trabajo que iniciará en el mes de Marzo.
Pedimos
oración para monseñor Oscar Julio Vian,
arzobispo de Guatemala, que está sufriendo una enfermedad, por lo que rogamos
que Dios lo sane y Maria Santísima este con él para ayudarlo a superar este
momento de difícil prueba.
Pedimos
oración por la salud del doctor Norberto
D., de Buenos Aires, Argentina, que está siendo sometido a estudios por una
importante enfermedad, rogando a la Virgen de Lourdes que lo acompañe para que
los resultados sean favorables y se recupere.
Pedimos
oración para Ana Elsy R., 48 años,
de Bogotá, Colombia, afectada de un tumor en la cabeza. Rogamos a Jesús
Misericordioso que le conceda la gracia de poder sanarse.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Febrero 23
"Ven
Espíritu Santo. Porque yo fui creado para encontrar la felicidad, la verdadera
paz, el gozo más profundo, pero todo eso sólo se encuentra en ti. Las cosas de
este mundo me dan alguna felicidad, pero al final siempre me dejan vacío y
necesitado.
Por
eso te ruego, Espíritu Santo, que me des la gracia de abrirte mi interior y de
amarte con todo mi ser, para alcanzar el gozo que vale la pena. Quiero gozar de
tu amistad, tu cariño, tu abrazo de amor, tu fuego santo. No permitas que me
absorban las cosas del mundo y tócame con la caricia suave y feliz de tu
ternura.
Ven
Espíritu Santo, para que pueda entrar en el corazón de Jesús, para que sienta
el llamado del Padre Dios que siempre me espera.
Ven
Espíritu Santo. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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